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Casi 2 millones de personas de más de 65 años viven solas en España.
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Los expertos advierten de que el ritmo frenético de vida que hemos creado nos impide cuidar de los abuelos.
Según la última actualización de datos del INE (Instituto Nacional de Estadística), continúa creciendo el número de personas que viven solas en España. Ya son 4.687.400, de las cuales 1.960.900 (el 41,8 %) tienen 65 o más años. De todas ellas, 1.410.000 (el 71,9 %) son mujeres.
Lo advierten los expertos: el ritmo frenético de vida que hemos creado NO nos deja apenas tiempo para relacionarnos con los demás. Y menos aún para ocuparnos de nuestros mayores. Hace no tanto era habitual que en el mismo hogar convivieran abuelos y nietos. Ya no. El modelo familiar ha cambiado.
Y ocurre que muchos de esos mayores que viven solos no reciben el aporte de afecto que necesitan y sufren de soledad. Los hijos/as trabajan duro durante la semana y el fin de semana lo quieren para el ocio: para salir a cenar con amigos, practicar deporte, viajar… Los abuelos se convierten, en ocasiones, en un engorro, más aún si necesitan cuidados. Y esto es terreno abonado para la depresión.
Recurrir a una residencia podría ser una solución al problema. Sin embargo, muchos mayores identifican a estos lugares con asilos aburridos y grises.
¡Cómo nos gustaría que todas esas personas vinieran a vernos y conocernos! Estamos seguros de que cambiaría de inmediato su manera de pensar.
El asunto es serio y algunos países ya han empezado a tomar medidas. El Reino Unido anunció recientemente que ha creado un Ministerio de la Soledad. Se calcula que el país tiene ya 9 millones de personas afectadas por este problema. La mitad de los mayores de 75 años o más viven solos, unos dos millones de personas. Se habla de una epidemia social de excluidos.
En Italia, un país con 16 millones de jubilados, también se ha planteado la creación de un Ministerio para la Tercera Edad. Y en Japón las cárceles están repletas de ancianos que han cometido delitos para ser privados de libertad y, de ese modo, escapar de la soledad. Sí, en la cárcel.
¿Estamos descuidando a nuestros mayores?
Lo que sí podemos asegurarte es que en la RESIDENCIA JANDONIZ nos encargamos de que todos nuestros residentes tengan las dosis de afecto que necesitan (e incluso mucho, muchísimo más) para no sentirse solos. Todos nuestros trabajadores son especialistas en repartir cariño.
Somos, créenos, todo lo contrario a un lugar gris y aburrido.
Para comprobarlo sólo tienes que venir a vernos.