¡Hola de nuevo!
Hoy voy a hablaros de la importancia de que los mayores estrechen sus lazos con los más pequeños, sus nietos, ya que, según algunos estudios, ambas generaciones encontrarán en ello mejoras psicológicas.
Por fortuna (no hay mal que por bien no venga), en nuestra sociedad la relación entre los abuelos y los nietos es con frecuencia muy estrecha por una cuestión de pura necesidad. Sí, la que tienen los padres de que alguien se ocupe de sus hijos mientras ellos trabajan. Esas personas suelen ser casi siempre los abuelos. Se establece, así, una relación especial entre estas dos generaciones que al parecer es buena para ambas.
Algunos investigadores aseguran que esos vínculos reducen considerablemente las posibilidades de que alguna de las partes sufra depresión. Es importante, eso sí, que la relación se construya desde el afecto, el respeto y el concepto del quid pro quo, ‘algo por algo’. Es decir, que si el nieto ofrece, por ejemplo, compañía al abuelo, este le corresponda con otra cosa: consejos, opiniones, historias, cuentos, valores…, de manera que ambas partes aporten a la relación.
Y hay que remarcar que quienes deben fijar las reglas educativas son los padres. Esto debe quedar claro a los abuelos porque de lo contrario los niños no sabrán a quién hacer caso y se generarán conflictos. Los abuelos están ahí para apoyar y respetar las decisiones de los padres.
¡Y para disfrutar de sus nietos, por supuesto!